Procesión de Viernes Santo

Nuestra Hermandad tiene su salida el Viernes Santo, formando parte de la Procesión del SANTO ENTIERRO, con salida y regreso a su Iglesia titular, la de las Santas Justa y Rufina de Toledo.

El Paso es portado por catorce hermanos costaleros, siete por barra, en tres turnos distintos de costaleros debido al peso que se soporta. Debido a lo mal repartido que se encuentra dicho peso debido a la ubicación de las figuras, las alturas de los costaleros deben ser distintas para equilibrar el Paso siempre que se porta, atendiendo al especial trazado de las calles de Toledo, tan sinuoso e irregular. Normalmente los hermanos más bajos se situan en los lugares anteriores en los llanos y en las subidas, y los hermanos más altos lo hacen en las bajadas. No siempre esta norma se aplica, ya que al haber tres turnos de costaleros, se busca la mayor uniformidad en alturas para compensar y no hacer cambios no ya de turno, sino de posición. De ésta manera se consigue que el peso se centre y se porte noblemente por las calles de Toledo, un esplendor en sí mismas que envuelven la Procesión del Santo Entierro como pocas ciudades pueden ofrecer.

Debido a las especiales caracteristicas de anchura y altura, y que se porta a hombros por los Hermanos Cofrades, es un paso tremendamente dificil de llevar; de ahí que en muchos lugares de su recorrido, el llevarlo se convierta en una tarea fatigosa, lenta, en la que los nervios de los portadores deben estar alerta a las indicaciones del Capataz, que con habilidad y voz templada dará las instrucciones oportunas para salvar cualquier obstaculo.

Es interesante y espectacular observar la salida y la entrada de nuestro Paso de la Iglesias de las Santas Justa y Rufina, pues la altura de su dintel apenas da para el paso del trono y las manos de los Hermanos costaleros se ven forzadas a pasar rozando el granito del escalón de acceso al templo. Cualquier maniobra incorrecta o distracción es muy peligrosa, lo cual hace que las indicaciones del Capataz en éstos dos momentos sean básicas para un buen fin de nuestra Entrada y Salida.

Abre el cortejo procesional la Cruz guía, talla del escultor Guerrero Corrales. Es una reproducción exacta de la cruz y la imagen del Cristo del paso titular. La cruz va flanqueada por dos faroles de vela de 2,5 metros de altura, portados por dos hermanos. A continuación, aparecen los más pequeños de la Cofradía, algunos de ellos con muy pocos años que a duras penas, pero con mucha ilusión completan el recorrido procesional. Detrás de los niños y niñas de la Cofradía, se sitúan los hermanos y hermanas que no realizan la labor de costaleros.

Repartidas entre los hermanos, se sitúan las cruces de penitencia portadas por hermanos y hermanas. El final de las filas de hermanos lo componen los costaleros que, por turnos, llevan sobre sus hombros el Paso del Santísimo cristo del Descendimiento. Este orden se realiza en dos filas que flanquean, una cruz vacía con dos escaleras a los lados y el estandarte procesional con una reproducción del Paso. Finalmente, la parte central del desfile procesional: El Paso del Santísimo Cristo del Descendimiento acompañado por su banda de tambores compuesta por los más jóvenes.